La presencia de diferentes entidades financieras en el sur del Tolima ha ido generando pequeños cambios en favor de clientes internos y externos. Para estos últimos, las mejoras se están dando a través de la oferta de servicios y productos que benefician de manera particular a los agroempresarios.
Las instituciones financieras se están involucrando en la dinámica de la producción, reconociendo la duración de sus ciclos productivos, entendiendo las diferentes maneras de ahorrar de los productores y reconociendo las condiciones culturales y sociales de los territorios. Por ejemplo, ahora ven claramente la particular situación de las familias cafeteras donde las mujeres generan ingresos adicionales a través de sus actividades artesanales y de producción en pequeña escala. Estos ingresos son tan importantes que han dado sostenibilidad a las familias y han permitido el pago de las cuotas de créditos mientras se recoge la cosecha.
Al mencionarle a la entidad financiera los beneficios que ellas traen a la población, ellas multiplican y mejoran sus procesos para atender idóneamente la demanda de sus clientes. Además, la mejora en los procesos de comunicación facilita el desarrollo de metodologías existentes y la rápida y fácil aceptación de las nuevas. Así, los clientes –en su mayoría– están constantemente agradecidos con la entidad financiera y sienten que hace parte de su familia, pues contribuyó al progreso del hogar.
Los beneficios que en doble vía se dan en entidades como Contactar, Banco Mundo Mujer y Bancamía, entre otras, han sido propiciados desde las actividades de la Iniciativa de Finanzas Rurales de USAID. Estas han abarcado aspectos técnicos, comunicativos y prácticos, y han contado con la gran calidad humana de los colaboradores de parte y parte.
Por: Ángela Galindo
Consultor Regional Tolima - IFR