Camino a Puerto Rico (Meta) es posible apreciar una vasta zona de cultivos, pequeñas sabanas cubiertas por bosques galería, y extensiones de fértil tierra rojiza. Este municipio pertenece a la gran cuenca del Río Ariari, colindando con Puerto Lleras, Vistahermosa, Mapiripán, Puerto Concordia, el Departamento del Guaviare y la Serranía de La Macarena.

En esta zona, como en muchas otras del país, hace cinco años el Ministerio de Agricultura desarrolló un proyecto denominado “Cacao para la paz”, con el objetivo de sustituir cultivos ilícitos por plantaciones de cacao. Para ello proporcionó plantas y tierras a algunos campesinos que habían sido desplazados por la violencia. Alejandra Olarte y su padre, Martín, decidieron vincularse a este programa para darle un gran cambio a sus vidas, que habían sido afectadas por años y años de conflicto armado en su territorio.

“Nosotros aprovechamos la iniciativa del Ministerio con el que empezamos a cultivar, y de la mano de Congente solicitamos un crédito para sostenimiento del cultivo y diversificación de la finca”, afirma Alejandra con la satisfacción de estar recomenzando su vida.

Paso a paso, estos campesinos han ido creciendo y adquiriendo conocimiento sobre todos los productos que se pueden elaborar a base de cacao, pensando en que no sean unos simples cultivadores, sino verdaderos profesionales de esta planta.  Actualmente elaboran cacao de mesa mezclado con miel y panela, manteca de cacao, caramelos, nips, arequipe de chocolate y chocolatinas, este último, producto por el cual empezaron su emprendimiento.

Hace unos meses Alejandra y Martín decidieron asociarse con su vecino, también cultivador de cacao, José Ángel Villareal, esto con el fin de ampliar su modelo y convertirse en una microempresa, Maranatha Cacaos orgánicos finos de sabor y aroma.  Los productos llegan a la mesa de muchos clientes directos en Puerto Rico, Villavicencio y Bogotá, y pronto espera incursionar en las tiendas naturales de la región para llegar a más familias y continuar brindando salud y nutrición a través del cacao.

Para cumplir con sus compromisos comerciales, estos microempresarios rurales tienen jornadas de producción semanales en una cocina que han adecuado para tal fin; ellos mismos empacan y entregan. Los vecinos más cercanos que ya conocen y saben de su marca, se acercan directamente a la fábrica y hacen su compra. Su ideal además es tener empaques reciclables con papel de caña, y seguir creciendo, para lo cual están en la búsqueda de otro productor con quien puedan hacer alianza para ampliar su red.

En todo este proceso de crecimiento, la Cooperativa Congente ha sido un aliado fundamental, pues fue quien les dio la mano para tener su primer crédito.  Congente brinda a pequeños, medianos y grandes productores del Meta un paquete de servicios dirigidos al tema agropecuario, en el que es posible adquirir créditos para mantenimiento de sus cultivos y continuar desarrollando su producción que, en el caso de la familia Olarte, ha sido de gran ayuda para la diversificación de su finca y del cultivo de cacao.

“Ya tenemos 5 hectáreas cultivadas, nuestro cacao también lo comercializamos en los centros de acopio de la región, donde la empresa Chocolate Luker, que hace parte del programa de alianza de ´Cacao para La paz´, lo compra”. 

El Departamento del Meta tiene un aliado financiero, la Cooperativa Congente, que apoya  a los campesinos y sus emprendimientos con paquetes de servicios especiales e ideales. #HistoriasCongente

La familia Olarte ha logrado levantar su cultivo de cacao y organizar su propia empresa de chocolates con constancia y perseverancia. El microcrédito agropecuario de Congente ha sido uno de sus aliados, Maranatha es la marca de chocolates de los Olarte que ya se distribuye en Villavicencio y está buscando abrir otros mercados entre esos llegar a Bogotá. #HistoriasCongente Puerto Rico – Meta.